El nacimiento de un bebé es un momento de gran emoción y cambio para toda la familia, pero es crucial no olvidar a tu perro en medio de los ajustes y la atención que requiere el recién nacido. Es común que los perros experimenten sentimientos de celos o desplazamiento cuando el bebé comienza a recibir toda la atención, lo que puede generarles ansiedad o comportamientos indeseados. Para evitar que tu perro se sienta rechazado o inseguro, es importante que sigas dedicándole tiempo y atención de manera constante. Aquí te damos algunos consejos para mantener el vínculo entre tú y tu perro mientras te adaptas a la nueva dinámica familiar.
1. Dedica tiempo de calidad cada día
Aunque los primeros días o semanas con el bebé pueden ser abrumadores, es esencial que sigas dándole a tu perro momentos de atención exclusiva. Esto puede incluir unos minutos de juego, paseos o simplemente caricias. Estos pequeños momentos ayudarán a tu perro a sentirse incluido y menos celoso de la atención que el bebé recibe.
- Juegos: Un breve juego de pelota o tirar de un juguete puede ser suficiente para liberar algo de su energía y mantener el vínculo emocional.
- Paseos: Asegúrate de sacar a tu perro a pasear de manera regular. Un paseo diario le proporciona ejercicio, distracción y, lo más importante, tiempo exclusivo contigo, sin la presencia del bebé.
2. Hazlo sentir incluido, pero con límites
Aunque es importante que tu perro no se sienta ignorado, también debes recordar que las interacciones con el bebé deben ser controladas. Hazle saber a tu perro que sigue siendo parte de la familia, pero mantén límites claros cuando se trate de la interacción con el bebé. Por ejemplo, permite que el perro esté cerca del bebé en ciertas ocasiones, pero sin invadir su espacio ni desbordar la atención del bebé.
3. Usa recompensas para fortalecer el vínculo
Reforzar el comportamiento positivo de tu perro es una excelente manera de mantener su confianza y seguridad emocional. Si tu perro responde adecuadamente a nuevas situaciones, como estar tranquilo mientras tú atiendes al bebé, asegúrate de recompensarlo con golosinas, caricias o palabras de aliento. Este tipo de refuerzo positivo ayuda a que tu perro asocie la presencia del bebé con cosas agradables y no con sentimientos de frustración o celos.
4. No ignores sus necesidades emocionales
Los perros tienen sus propias necesidades emocionales y, aunque el bebé puede ser una prioridad, nunca debes descuidar a tu perro completamente. Si bien es comprensible que tu atención se divida, asegúrate de que tu perro siga recibiendo lo que necesita para sentirse equilibrado y feliz. Esto incluye mantener su rutina diaria de ejercicio, alimentación y momentos de relajación.
5. Haz ajustes graduales en la rutina
Si tu perro está acostumbrado a una rutina específica, los cambios drásticos pueden generar ansiedad. Antes de que llegue el bebé, comienza a hacer ajustes graduales en la rutina de tu perro, como los horarios de paseo, alimentación y juegos. Esto ayudará a minimizar el impacto que los cambios puedan tener en su comportamiento y bienestar emocional.
6. Establece espacios para ambos
Es importante que tu perro tenga un espacio propio, donde pueda retirarse cuando necesite un respiro. Esto puede ser una cama en un lugar tranquilo o una zona de la casa donde pueda estar sin la presencia del bebé. De igual manera, establece un espacio para el bebé donde pueda descansar sin ser molestado por el perro, para que ambos tengan su espacio seguro.
7. Enseña al perro a comportarse alrededor del bebé
A medida que el bebé crezca, es importante que tu perro aprenda a comportarse de manera respetuosa y tranquila cerca del niño. Esto incluye enseñarle a no saltar o acercarse demasiado al bebé sin permiso. Utiliza comandos como "quieto" o "sentado" para que tu perro entienda que debe comportarse de manera calmada cuando el bebé está cerca.
8. Reconoce las señales de celos o estrés
Es importante estar atento a cualquier cambio en el comportamiento de tu perro que pueda indicar celos o estrés. Algunos signos a tener en cuenta son:
- Ladridos excesivos o agresivos
- Destrucción de objetos o comportamientos destructivos
- Cambios en el apetito o en los hábitos de sueño
- Ansiedad al ver al bebé o al oír ruidos relacionados con él
Si notas alguno de estos signos, toma un momento para reevaluar cómo estás manejando las interacciones entre el bebé y el perro y considera hablar con un profesional del comportamiento canino si es necesario.
♥ Corolario ♥
Para evitar que tu perro se sienta celoso o desplazado por la llegada del bebé, es esencial que no lo ignores y sigas dedicándole tiempo y atención cada día. Asegúrate de proporcionarle momentos de juego, paseos y cariño, y haz que el perro siga sintiéndose incluido en la familia. Al mismo tiempo, establece límites claros y supervisa las interacciones entre el perro y el bebé para asegurar que ambos se sientan seguros y cómodos. Reconocer las señales de ansiedad o celos y actuar con paciencia y empatía fortalecerá el vínculo entre tu perro y el bebé, creando un ambiente armonioso para todos.
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